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CLAVICULA MAYOR REY SALOMON PLATA 925

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CLAVICULA MAYOR REY SALOMON

En La Clavícula de Salomón, (Mc G Mathers Ed. Edaf), aparece una Leyenda que cuenta que habiendo terminado Salomón de escribir el Grimorio dedicado a su hijo Roboam que sería su sucesor, al ver su inmadurez e insolencia, opto por no entregárselo, y ordenó a su principal sacerdote Tzadok, que, en el día de su muerte, su Libro de Magia sea colocado en un cofrecito de Hierro, y se lo ocultara dentro de su propia tumba, para evitar que cayera en las manos de su joven hijo. El Testamento agregaba que su bracero Mágico debía quedar sellado y encadenado tal cual la habría dejado, y arrojado en el Mar Muerto sin que su tapa fuera separada. Y así se hizo, al morir el sabio rey se llevó consigo dicho manuscrito y aquel secreto del ¨ Dragón Rojo ¨.

Rindió culto a Dios, pero lo que alejo a Dios de su alma tal vez fue su entrega a los placeres, los pecados de la carne… Todo es Vanidad… reza uno de sus libros más conocidos (Eclesiastés). Su error, según la Biblia, fue haber entregado sacrificios a Molok por petición de sus mujeres, por esto se dice que Dios le Maldijo, en su hijo Roboam, quien una vez hecho Rey, fue la perdición de Israel.

Pasaron los años y llegaron a Jerusalén, cinco sacerdotes de Babilonia con el fin de desenterrar el cuerpo del Rey y renovar sus vestiduras, y rendirle los honores por su sabiduría y amistad con los Reyes de ese Reino, así mientras lo amortajaban con paños nuevos, descubrieron entre sus brazos el cofrecito de hierro, el cual al abrirlo reveló el Texto. Secretamente se lo guardaron, volviendo a cerrar el cofre, pero ya vacío, retornando a sus tierras muy apresurados para intentar descifrarlo, decidieron partir el texto en cinco partes según sus capítulos, y cada uno se llevó uno, pero cuando lo intentaron leer nadie pudo descifrar su significado pues todo lo que había eran círculos y símbolos extraños, ninguno sabía la manera de hacer uso de las llaves. Pero cuentan que uno de ellos, el más joven y virtuoso, hizo una copia de los otros 4 capítulos con su propia mano, y se retiró al desierto a tratar de descifrar su enigma, y así en total aislamiento, logró restaura otra vez el templo de la Magia.

Según las leyendas posteriores, para poder reunir el Nombre Completo, y conocer así el Secreto de Salomón, es menester reunir nuevamente los cinco libros, los cuales en realidad son 5 familias de 72 sellos de nombres espirituales de distintos rangos, que reunidos forman un total de 360 rituales, uno para cada día del año.

La introducción de los manuscritos, era un resumen de la Cábala, explicada de manera sencilla, para que Roboam la comprendiera, luego continuaba con una serie de preceptos religiosos, presentes en la Biblia, y luego las instrucciones de cómo utilizar los diversos objetos del Templo. Su idea original era la de lograr Reyes Sacerdotes para que gobernaran Israel.

Existen dos descripciones con respecto al inicio del manuscrito dedicado a Roboam, el más popular, le cuenta a este de cómo mientras paseaba por un bosque, al admirar las maravillas de Adonay, este le envió al ángel Miguel, para que le colmara con sabiduría.

La otra versión en lugar de aparecerle el ángel en el Bosque, se le aparece en sueños, mientras dormía a la sombra de un árbol, y en vez de ser Miguel era Homadiel.

La recopilación que yo les entrego es una ampliación de todo esto, con lo desarrollado por Crowley, Mathers, Leví, Pappus, y otros. El original se encuentra muy encriptado, cosa que hace difícil su desciframiento, como dando por sentado que se ha leído algún capitulo previo (el Libro de Abrhamelim).

Ninguna de las clavículas ha estado completa, pues parece ser que el original fue partido, una parte para cada sacerdote que le rindió los Honores y desde entonces no fue vuelto a juntar (al menos oficialmente), hasta Hoy.

La primera parte cuenta con 72 sello grabados en el anverso y reverso de 36 talismanes perteneciente a los demonios de la naturaleza, el Segundo también de 72 sellos en 36 talismanes perteneciente a los espíritus de la Naturaleza, el tercero a los ángeles de la Naturaleza, el cuarto a los arcángeles Celestes, y el quinto y último con el Shmhmfursh puro o los 72 nombres de Dios.

Si bien la leyenda del Libro Sellado del Templo de Jerusalén, es anterior a la era cristiana, pues surge unas décadas después al Reinado de Salomón, 900 aC. Será recién en el Medioevo cuando se vuelve popular entre los religiosos y místicos de occidente.

El periodo que se extiende desde el año 500 hasta el 1500 dC se lo considera como Edad Media. Este milenio abarca desde las invasiones bárbaras, y la destrucción del Imperio Romano de occidente, hasta después de la toma de Constantinopla por los turcos, que marco el fin de Bizancio, la última transformación y supervivencia del Imperio Romano.

Dentro de este lapso de tiempo se marcó el final del Mundo Antiguo que presenció el nacimiento de Europa, que, al concluir la Edad Media, la mayor parte de las naciones modernas habían adquirido ya su forma, nombre y lenguaje.

La Galia, que en ese mismo milenio sería llamada Francia, fue poblada durante siglos con razas desconocidas, de las cuales la última fue la Celta. Las Invasiones del S. IV al X, de Bisigodos, Burgundios, Francos, árabes, bretones, Normandos; no destruyeron ni sumieron en lo general a los autóctonos. Los recién llegados, cuyo número no era considerable ni relevante, eran sobre todo guerreros. Habiendo llegado solos, formaron familias con las mujeres del País y enriqueciendo las tradiciones con nuevas mitologías. Otros, con algunas excepciones como Baja Bretaña, perdieron rápidamente su lengua junto con la mayor parte de sus costumbres, fueron absorbidos por el elemento nativo. En algunos territorios, los campesinos se agruparon en densas ciudades y a su alrededor se extendieron campiñas. En otras partes los cultivadores individualistas, se dispersaron en una multitud de caseríos aislados.

Entre el siglo X y el XIV hubo un gran conjunto de inventos anónimos, que auguraban el advenimiento del Renacimiento. Estos operaron la más profunda revolución que se haya visto después de la Edad del Fuego. Es nada menos que la conquista por el hombre de la fuerza motriz de los animales, del viento y del agua, (que hasta entonces había sabido utilizar muy poco, y cuya domesticación estaba más vinculada con las artes mágicas, y las supersticiones esotéricas).

Entraron nuevas culturas en Europa. Las Cruzadas dieron a conocer árboles frutales, nuevas tinturas, el gusano de seda, el albaricoque, el alcanfor, el maíz y el tabaco. La Europa feudal del siglo X no sufrió un estancamiento gracias a la realización, mediante las vías bélicas, de una nueva conquista, promoviendo la transmisión de la civilización antigua y de la predicación universal de la doctrina cristiana, enriqueciendo sin querer, a la cultura con las doctrinas paganas de Oriente. Así la sociedad medieval, encontró en su fe una inspiración que le permitió crear un tercer sector: el del oficio Divino, al cual se adjuntaron los trabajos espirituales, y las penitencias. Los unió el clero, y

sobre todo, los mismos creyentes, lo cual favoreció a la creación de monasterios o congregaciones apropiadas. Monjes o religiosos, en su mayoría hijos de familias ricas, dedicados a la filantropía y la fe, seguidores de una vida austera que reducía al mínimo las necesidades físicas de una disciplina personal interior, logrando además de una gran nobleza, grandísimos conocimientos.

Solo esta casta sacerdotal podría lograr el suficiente tiempo libre, necesario para el cultivo intelectual. Mientras que los laicos: campesinos, artesanos, o guerreros, estaban totalmente absorbidos por las tareas materiales vitales.

En cambio, en los claustros se quedaban personas que renunciaban a formar una familia, a vivir a su antojo, y así tenían tiempo para aprender a leer y escribir, estudiaban en latín, y copiaban manuscritos. Conocían la literatura antigua, la teología y el derecho, dibujaban, pulían, edificaban, y cantaban. La expansión monacal coincidió con las épocas más duras de la edad media: monasterios benedictinos en tiempos de las invasiones, reformas cluniacenses en el momento de las devastaciones normandas, reforma cisterciense en plena anarquía feudal. Gracias a los monasterios, pudieron constituir sociedades y no solo conservar su ideal, sino dar un gran ejemplo de ellos. A los laicos les suministraron modelos, consejeros, educadores y libros. Entre ellos, los Carolingios, auxiliares indispensables para la reforma que deseaban realizar. Los clérigos repetían infatigablemente a los reyes que su deber consistía el de imponer la paz en la justicia, y fueron algunos de los agentes más activos de la restauración de un poder político capaz de lograr el orden, es decir, proporcionar seguridad a los campos y caminos, al trabajo forzado y las transacciones imperialistas. Entonces los hombres podían obtener más de lo necesario de su labor, el comercio se recuperaba, la alta sociedad se enriquecía, alcanzaba el ocio suficiente para hacer que refloreciera una civilización secular, nacida de la abundancia y no de la austeridad que caracterizaba a la mayoría popular. La Paz Carolingia venia acompañada de un primer renacimiento, detenido o adormecido, por las invasiones normandas (Vikingos).

El siglo XII fue testigo de un segundo renacimiento prolongado y que alcanzo todas las áreas: jurídico, literario, artístico, económico. La cristiandad repoblada comenzó a cultivar los campos, disecó los pantanos, fundó nuevas villas en Europa, creó la industria y el comercio y dio la actividad económica un impulso que muy rara vez se ha igualado; retomó el derecho romano, elaboró el derecho canónico, invento las canciones de gesta, perfeccionó el Vitral; descubrió la ojiva, que habría de revolucionar la arquitectura del estilo francés, que nosotros llamamos Gótico.

Los manuscritos que en la tradición Mágica se consideran Fuentes de conocimiento, son traducciones medievales al francés, al inglés, y al latín, de originales hebreos antiguos (las Clavículas de Salomón), así como grimorios (el Arna del, por ejemplo) copiados a mano por diversos monjes a pedido del Papa Honorio. O incluso escritos inspirados en esa época como es el caso de El Libro de Abrhamelim, (traducido por Mc Gregory Mathers), el cual ya hace referencia el propio Flamel en sus escritos.

El nacimiento del Oscurantismo de la época, ocurrió ante el inminente cambio de milenio, en los alrededores del año 1000 dc. Un inmenso pánico fue provocado por la proliferación de leyendas apocalípticas que tergiversaban los textos Bíblicos. Un milenio hacía, según rezan los Evangelios, que Jesús había nacido en el portal de Belén, por lo que, según la creencia popular cristina, se acercaba el fin del primer milenio. El pánico que se apodero de Europa provenía de la fe y la creencia, dado que el mundo habría de durar tantos milenios como días empleo Dios en su

Creación. Dichos días fueron 6, Jesús nació en el año 5000 de la creación del mundo, se deducía que el año mil de la era cristiana sería el Fin. Las historias dan cuanta de las escenas de pánico que se fueron apoderando del continente europeo a medida que la humanidad se acercaba a esta fecha tope. Con esta ansiedad y condición angustiada, llego la noche de San Silvestre, último día del año. La Basílica de San Pedro estaba rebosante de Gente piadosa atemorizada, y personas menos religiosas que se apretujaban para poder entrar. El Papa Silvestre II elegido poco antes como sucesor de Pedro, oficiaba la Misa del Gallo, sin que ocurriese nada espectacular.

Los textos religiosos más representativos de la fe popular y por ende de la Iglesia era el Nuevo testamento, compuesto por varios libros, de los cuales el ultimo es el Apocalipsis de Juan, el discípulo más amado por Jesús, que recibe la revelación muchos años después de la muerte de su maestro, una serie de 22 sonetos donde se desarrolla paso a paso el proceso de la segunda venida de Cristo, y el fin del mundo material , y es allí donde se vuelve a mencionar un texto similar al documento sellado de Ezequiel, o al Libro de Salomón.

… Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un documento escrito por las dos caras, sellado con 7 sellos. Y vi un ángel fuerte que pregonaba a grandes voces: ¨ ¿Quién es digno de abrir el documento rompiendo sus sellos? Y nadie en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, era capaz de abrir aquel documento y ver su contenido. APOCALIPSIS 5: 1

Pero tales palabras tenían que referirse a la época del propio Juan, donde la caída de Babilonia servía para representar la futura caída del Imperio Romano.

El Papa León X, en el V concilio de Letran prohibió bajo la pena de excomunión, referirse a la Llegada del Anticristo, y ¨ el fin del mundo ¨, pese a lo cual continuaron proliferando los profetas que señalaban el próximo fin de los tiempos.

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